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La Torre de San Miguel el Alto La iglesia de San Miguel, que tiene su acceso por la calle Cobertizo de San Miguel, está situada en una zona prominente de la topografía toledana.
Suárez Quevedo, en su libro "Arquitectura barroca de Toledo: siglo XVII", asegura que la iglesia de San Miguel es una de las antiguas parroquias latinas de Toledo, a pesar de que como parroquia no se tiene constancia de su existencia hasta el año 1174.
Se cree que en sus inicios esta iglesia estuvo relacionada con la orden del Temple, sirviendo como capilla u oratorio de la hospedería que según la tradición tuvieron los caballeros de esta orden en las cercanías del templo de San Miguel el Alto.
La torre, exenta del resto del tempo y de planta cuadrangular, se estructura mediante un gran machón central al que rodean las escaleras de acceso a la parte superior. Las escaleras, a excepción de sus dos primeros peldaños ejecutados en piedra, están realizadas íntegramente de ladrillo, no sólo en sus huellas sino en las bóvedas de saledizo que las soportan, abolengo islámico que se conserva en varias de las torres existentes en la ciudad. De acuerdo con la nomenclatura de M. Gómez-Moreno ("Arte Mudéjar Toledano", Madrid 1916), San Miguel pertenece al tipo más decorado de torres mudéjares toledanas y, por lo tanto, al más tardío, datándose como de finales del siglo XIII o principios del XIV.
Exteriormente, la Torre de San Miguel presenta en su parte baja un zócalo de cantería al que supera un diseño liso de mampostería encintada, en tanto que en su parte alta presenta los típicos arcos entrecruzados, sobremontados por recuadros con otros arcos lobulados que apoyan sobre columnas de cerámica vidriada, lo que relaciona esta torre con las también toledanas de San Román o Santo Tomé. La cubierta de la torre está ejecutada a cuatro aguas con teja curva árabe sobre estructura de madera.
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